Ayer me alegre al
verte. Hoy te doy las gracias por todo lo que me diste en mi niñez,
en mi juventud y en mi madurez y te deseo para el nuevo año 2013 mucha salud y muchos años de vida,
para que dentro de muchos años tengamos la oportunidad que tuvimos ayer.
Por eso voy a intentar hacerte pensar.
Algunas veces nos
vienen los recuerdos de años pasados y vemos en diferido todo lo que nos ha
ocurrido: como hemos vivido y como hemos compartido los momentos de
nuestra niñez.
Hay un momento de
nuestras vidas (por no decir muchos) que nos vemos con un antiguo compañero de
niñez y en ese preciso instante nos viene toda la vida pasada con respecto a
esa persona y a compañeros, vivencias que ni se nos pasaban por la cabeza hace
años, ni siquiera hace unos días.
Después de pasar
ese momento, uno trata de recordar esos años tan especiales, lo que hacíamos
sin el miedo a la repercusión, a las posibles circunstancias problemáticas y
sin ninguna maldad (ni individual ni colectiva). Porque antes "éramos
más sanos que una manzana", no teníamos la inteligencia que tienen los
niños de ahora. Nos conformábamos con jugar con la pelota, con la muñeca
(las féminas), las pistolas para jugar a la guerra, los boliches para ver
quien ganaba más. Hacíamos las carreras a ver quien llegaba primero, jugábamos
a piola, a saltar en la playa desde alturas pequeñas, a ir a mariscar de
talegazos (porque en este último caso nos dábamos cada zarpazo e
incluso más que coger lapas o vulgaos), íbamos a la escuela con batas que
parecíamos médicos en miniaturas, cantábamos el carasol y el gaudeamus.
Ir al
cine (o matiné como decíamos antes) era una odisea, pues teníamos que hacer
largas colas para coger una buena butaca, porque antes no estaban numeradas y
el primero que entraba era el que cogía la mejor ubicación; la película ni
te cuento con respecto a las de ahora y si, teníamos la suerte de
sentarnos al lado de una chica, ¡madre mía! En casa, una de las comidas
estelares y muy gratificantes para nuestro paladar era el saborear una tortilla
francesa con azúcar y un plátano con pan. Nos quedábamos tan contentos que
parecíamos reyes con tan poca cosa; que nos daban muchas alegrías y nos daba la sensación que lo teníamos todo. No nos alejaban los inventos de ahora
(que acercan a los que están lejos y aleja los que tienes al lado). NO
TENIAMOS TV, INTERNET, TELEFONO, JUEGOS ELECTRICOS DE INTELIGENCIA, ETC...
Antes, en los
estudios, llegábamos a casa con un suspenso y no sabíamos como decírselo a
nuestros padres. Ahora se enteran por varios métodos, no directos y la
respuesta de nuestros hijos es: "lo vamos a intentar" y, los
profesores que no les digan una palabra más alta que otra porque ahora el niño
se puede coger un trauma. Antes el trauma lo cogíamos pero se nos quitaba
cuando llegábamos a casa y, viendo la cara de nuestros padres, se nos quitaba
la posibilidad de enfermedad. ¡Pues no faltaba más! ¡Suspendes y
encima vienes malo! Lo que tienes que hacer es estudiar más y mejor
y si no, a los tomateros, a un bar a trabajar o a la finca a
recoger plátanos. ¡Vamos! Espabilábamos en segundos; el trauma se nos
quitaba en décimas de segundos y si teníamos dudas, ahí estaba nuestro
padre para decirnos: te doy la oportunidad de trabajar. SON OTROS TIEMPOS.
Ni mejores ni peores, simplemente otros tiempos.
Ahora, parece que
tenemos mucho y tenemos la sensación de que nos falta todo. Los niños de ahora
son más inconformistas, más despiertos y posiblemente eso les hace más egoístas
y más individualistas, porque la televisión enseña mucho e incluso el
tiempo necesario que antes teníamos de aprendizaje, ahora los tiempos son como
cursos rápidos (la gripe sin medicamentos se cura en una semana y con
medicamentos en siete días). PERO SI NOS ESFORZAMOS CON MEDICAMENTOS MAS
FUERTES, la cerramos y nos la quitamos inmediatamente (no disfrutamos ni
de la gripe). Eso es en mi opinión: el símil
de lo que está pasando ahora. Aprendemos tan rápido que no nos da tiempo a tener los valores y valorar adecuadamente todo aquello de lo que podemos disfrutar y podemos tener.
de lo que está pasando ahora. Aprendemos tan rápido que no nos da tiempo a tener los valores y valorar adecuadamente todo aquello de lo que podemos disfrutar y podemos tener.
Siempre que
intentamos tener algo nos ilusionamos por tenerlo y, en algunos casos, una vez
tenido dejamos de valorarlo. Pasa muchas veces pero lo que algunos llaman eso
es la vida y así es. Yo le llamo entre más rápido se consiguen las cosas, más
rápido perdemos el valor de el intento por conseguirlo, e incluso más rápido lo
perdemos.
Y tú te
preguntaras: ¿A qué viene todo esto?
Pues que ayer tuve
la oportunidad de verme con diferentes compañeros de hace más de cuarenta años,
otros de más de 25 años y otros de más de 15 años, y me han hecho recordar,
pensar y a la vez valorar lo que fue, lo que está siendo y lo que puede ser
(dependiendo de los valores que tengamos de toda nuestra vida).
De cómo valorábamos
el esfuerzo de nuestros PADRES, de cómo era el compañerismo y la amistad, de
cómo reaccionábamos ante cualquier motivación, tanto individual como colectiva,
y como vivíamos. En una palabra: qué clase de personas éramos antes, y que
personas somos ahora; como ha repercutido toda nuestra niñez en nuestra
madurez.
Recuerdo la ilusión
con que íbamos a jugar al CAMPO DE LA PIEDRA GRANDE en AGAETE (mi pueblo natal)
y como esperábamos el momento para hacer los equipos y después teníamos que
esperar a quien llegaba con la pelota, porque estábamos todos, menos el de la
pelota.
QUE TIEMPOS AQUELLOS, cómo valorábamos al de la pelota; ahora todos
tienen una y lo que valoramos son otras cosas, en qué campo jugamos y con qué
equipaje. Son otros tiempos, solamente con tener en cuenta que ahora llegamos a
jugar un partido con el teléfono en mano, chateando o enviando mensajes en lo
que acaban de vestirse para empezar el partido; algunos incluso llegan viendo
una película por su teléfono… pero en fin son otros tiempos. ¡Ah! también
íbamos a cazar, pues poníamos una trampa con millo dentro e intentábamos cazar
pájaros, y que paciencia teníamos que tener, escondidos detrás de una piedra
con un cuerda fina desde la trampa hasta nosotros, y esperando que el pajarito
entrara para tirar de ella. Je, je, je. De 10 días cazando o intentando cazar,
uno cogíamos algo, y rara vez uno que nos gustara, ¡Era otra vida!
Me acuerdo que para
desplazarnos a jugar un partido (ya con 14 años) nos poníamos en la
carretera haciendo AUTOSTOP y ahora casi todos tenemos coche. El extraño es el que
no lo tiene, pero en fin son otros tiempos.
Seguramente los que
han vivido antes que nosotros, valorarían más como se cambiaba unas maderas por
un trozo de pan, en fin espero que esta carta te haga recordar esos tiempos, y
si no los viviste, por lo menos te dé la oportunidad de saber cómo éramos
antes.
ESPERO que este AÑO
NUEVO 2013 nos de VALORES con independencia de todos los errores y defectos que
podemos tener durante el año y los que hemos cometido antes. Disfrutemos de
todo, porque, todo es vida. Seguramente, la niñez de ahora es mejor en cuanto a
tener con más facilidad todo y eso es meritorio, pero también es esfuerzo de
los PADRES , posibilidad de tener TV, INTERNET, TELEFONO, VIAJES, COCHE, E
INCLUSO PROFESOR IDIVIDUALIZADO,
Por eso deseo que
los VALOREN y les digan gracias. Sabemos todo lo que han hecho por nosotros y
lo que están haciendo.
Todo lo que te
escribo es genérico, también es verdad que solamente es mi verdad, mi visión y
mi interpretación. Amigo quiero agradecerte especialmente todo lo que hoy he
vivido, porque parece que fue ayer y han pasando tantos años que...
UN ABRAZO, UNA
LAGRIMA, UNA SONRISA, UN TE QUIERO Y UN TE ECHO DE MENOS