miércoles, 10 de abril de 2013

SEVILLA TUVO QUE SER

Estuve tres días de vacaciones de Semana Santa en Sevilla  y cinco horas en Córdoba, con mi esposa y una de mis hermanas, (según mi hija Claudia "LA SANGRE DA PARENTEZCO, LA LEALTAD HACE FAMILIA"), lo digo porque yo no tengo hermanas de sangre; a decir verdad, parece que estuve dos horas nada  más porque el tiempo se fué volando.
Disfruté de todo lo bueno de esa fe incondicional de muchas personas con respecto a la Religión, de esas procesiones que, a veces, sin llegar a seguirlas todos los años, te hacen disfrutar de la música sacra y del respeto de su presencia y de todos los que la acompañan.
También disfruté de las caminatas y de los paisajes e incluso de la comida simple, pero muy bien acompañada por el Río Guadalquivir (tanto en Sevilla como en Córdoba).
Disfrutamos de un paseo en carro, nos mojamos porque estaba lloviendo, pero hasta eso fué una experiencia muy agradable.
Y ustedes dirán: a qué viene todo esto y a quién le importa los tres días de vacaciones de unas personas determinadas?. Pues con este relato intento contribuir a animar a todas las personas que, independientemente de nuestras capacidades económicas, estemos trabajando o no, siempre debe y puede haber un paréntesis para tomar impulso y recargar nuestras voluntades y nuestras fuerzas.
Tres días donde sea y con personas que quieres y si además compartes unos acontecimientos donde puedas disfrutar de algo importante, te dan las suficientes cargas para empezar una nueva vida.
Y digo bien. Un parón en lo cotidiano nos da la posibilidad de pensar y ver que hay más vida de la que vivimos y más objetivos que podemos marcarnos; que no se cierra un capítulo en cada experiencia sino que se abren constantemente muchos más, pero  hay que buscarlos y para buscarlos, tenemos que tener mucha voluntad y fuerza.
Aprendí en este descanso de Semana Santa lo que supone un sacrificio voluntario, con un esfuerzo voluntario y un compromiso voluntario.
Soy repetitivo porque quiero, ya que hoy en día lo de voluntario parece ser que no existe; todo es a cambio de algo, todo es por interés y cuando ves a personas que cargan con una procesión que pesa toneladas, MADRE MIA!. Que además  lo hacen orgullosos y sin cobrar. Pues yo me asombro; todo mi respeto a  todos,  doy mi gratitud por haber podido verlo; sentir en el silencio emociones por doquier y escuchar la música que da
el paso a todas esas personas, me fué muy gratificante.
SIEMPRE SE HA DICHO QUE LA FE  MUEVE MONTAÑAS.
Cuando observo que en una procesión van más de mil personas con sus vestidos de Nazarenos y que acompañan en silencio  como si fueran uno, por muchos que sean, la verdad es que cualquier conclusión que pueda exponer se me queda muy simple; por ello me limito a comentar mis emociones, que fueron muchas y mis ganas a aprender de este esfuerzo masivo y este respeto a gran escala, sin apariencias aparentes y sin un prototipo de comportamiento exigente ni una línea exigida.
CON RESPETO Y CON VOLUNTAD, TODO ES MAS  FACIL.
De todos es sabido que siempre se aprende algo cuando queremos aprender, pero para ello tenemos que tener la idea que se puede  y se debe aprender todos los días de nuestras vidas.
Es evidente que, hasta voluntariamente para conseguir disfrutar hay que trabajar, con fe, con entusiasmo, con confianza e incluso sentirnos orgullosos de cada acción que podamos hacer con el fin propuesto en cualquier circunstancia de nuestras vidas. ¡Amigos! espero que este artículo lo interpreten de tal manera que nos demos la oportunidad de disfrutar más y mejor cada segundo de nuestras vidas. CREER Y HACER lo hacen posible.

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