Al final
de la temporada, cuando piensas que debes cambiar como
entrenador, haces una autocrítica y preguntas a tus compañeros en que
debes mejorar, además que es lo que debes cambiar en el equipo,
la táctica por las características de los jugadores, la estrategia por el
conocimiento del contrario y a los propios jugadores.
Dentro de todas
esas premisas, reconocer esta temporada que tanto en la pretemporada no jugar
partidos contra equipos de la misma Categoría, las lesiones de tres jugadores
claves y la no llegada del transfer de otro jugador, sumado a que a los dos
meses de empezar la competición, los entrenamientos por la mañana no fueron los
más acertados por falta de tiempo de los entrenadores y preparador físico,
(pues no somos profesionales y tenemos que atender nuestros respectivos
trabajos), fueron unas de las principales causas del bajo rendimiento
de la plantilla.
Es bueno tener un
equipo con los mismos jugadores durante dos o tres años máximos. Hasta ahora
yo he creído en ello, pero esta temporada pasada ha
sido diferente; pienso que debo mejorar yo y también los jugadores. Y para
ello tiene que haber una máxima que es la confianza y borrar las
actuaciones viciadas, es decir, que tengo que cambiar jugadores, que he de
comprometer a los mismos para que den aire nuevo y que los que se
quedan se crean una ilusión que arrastre al equipo.
Ha sido muy bueno
mantener a 9 jugadores por temporadas con continuidad, porque solamente por el
mero hecho de conocerse, jugaban de cine; su compromiso máximo y su dedicación
con conocimiento entre ellos daba buenos resultados, sobre todo en Segunda
División.
Pero todo lo bueno
tiene algo que es malo. Pongo como ejemplo: "el tiempo nos
acomoda y se tiende a querer llevar control sobre lo desconocido para no cambiar lo
conocido". Como entrenador, trato de ser lo más justo posible, lo más
sensato e intento sacar el máximo rendimiento a todo. Intento gestionar el
grupo para hacer el equipo pero, desgraciadamente, los constantes resultados
malos provocan que los nervios y el descontrol de las emociones hagan bajar el
grado de compañerismo e incluso el ego en algunos casos nos traiciona No es una
crítica, ¡es una realidad! El conjunto en lo personal fue muy bueno
pero, en lo deportivo, a nadie se le esconde que el nerviosismo nos
jugaba malas pasadas y el descontrol de las emociones nos dio un
descontrol en la propia concentración y es evidente que después,
como es normal, se culpan los unos a los otros por los errores
cometidos. Es ley de vida. Lo primero que aprendemos de nosotros mismos es
la auto-defensa; el ego es importante tenerlo pero hay que utilizarlo con
inteligencia, La inteligencia hay que usarla, no solo tenerla, porque si
la tenemos y no se utiliza cuando es necesario, es como no tenerla.
Por eso y por otras
causas he decidido intentar cambiar jugadores dentro del equipo; unos por edad, otros por bajo rendimiento, otros por no llegar a acuerdos económicos
y otros, simplemente por no tener confianza el uno en el otro.
Todo esto ocurre en
todos los equipos. No niego que también yo como entrenador soy bastante
mejorable, cuestión que intento todos los días de mi vida.
Para mí todos las
temporadas son diferente: cada entrenamiento, cada charla, cada observación, cada partido, cada persona e incluso la persona que repite
temporada o temporadas cambian en cada una de ellas, a veces para mejor y
otras para peor.
Todo esto viene
porque todos mis conocidos me preguntan: "¡Chacho que te quedas sin
equipo!, ¿vas a jugar tú?, ¿no tienes miedo a perder mucho tiempo en conjuntar
un nuevo equipo para la próxima temporada?
Yo les contesto que
ESTOY ILUSIONADO (como siempre) COMO SI FUERA LA PRIMERA VEZ, como si el pasado
no existiera, es como si me estuvieran DANDO LA OPORTUNIDAD DE DIRIGIR EN
PRIMERA DIVISIÓN por primera vez, pero con la experiencia de un año y con las vivencias
de treinta y tantos como entrenador de equipo aspirante a todo.
He de decir en
honor a la verdad, que no solo estoy ilusionado sino que además mis inquietudes
me piden algo nuevo, algo diferente y para ello, esto es necesario. No quiere
decir que empiezo con un equipo completamente nuevo (porque no lo es). Ya hay
renovados seis jugadores y uno más que ha estado en años anteriores.
Para empezar,
seguramente tendré que ser fuerte en cuanto el convencimiento de que lo que
ficho es lo necesario, que es lo que en la medida que económicamente podemos,
fichamos lo mejor, independientemente que siempre habrán muchas opiniones que
digan que si tal que si cual; que si este era mejor, que aquel fichó a otro que
es mejor, etc.
La PRIMERA
CONVICCION ES " NOSOTROS Y NUESTRO JUEGO, NUESTRAS POSIBILIDADES Y
NUESTROS OBJETIVOS", y evidentemente siempre aceptando que los hay
mejores y para ganarles tenemos que confiar y trabajar mucho y bien.
HUMILDAD,
CAPACIDAD, CONTROL DE EMOCIONES, MUCHO TRABAJO SIN TREGUA, MUCHO COMPAÑERISMO, MUCHO
EGO INTELIGENTE, MUCHA AGRESIVIDAD MENTAL, TODO ELLO CON MUCHA
CONFIANZA Y EL MAYOR COMPROMISO POSIBLE. Y APRENDER DE TODOS
LOS ERRORES QUE HEMOS TENIDO EN ESTA TEMPORADA, ACEPTARLOS E INTENTAR NO REPETIRLOS.
No me puedo olvidar
de mis ayudantes. Para ello tengo una mención especial. No les pido nada,
solamente que sigan en la línea que han tenido hasta ahora. JAVIER MARTEL,
FILLO, MIGUEL LIAÑO, OSCAR POVEDA Y BRUNO BALDASARRI. Ellos son mis piernas,
mis ojos y mi alma. La próxima temporada tendré un nuevo segundo entrenador con
el primer equipo pero viejo conocido JONATHAN PEREZ BERMUDEZ (JONI). Ha jugado
desde infantiles hasta llegar al primer equipo en los años 98 hasta 2003 y ha
sido entrenador de la base; es el que suplirá a TOTI, que por motivos de
trabajo, nos dejó.
Tampoco me puedo
olvidar de ROBERTO LLAMAS que trabaja a la sombra, tanto en la parte
de alimentación del primer equipo, como a nivel táctico su asesoramiento
siempre bien venido.
Una idea y
una convicción son las primeras acciones para empezar.
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