sábado, 30 de julio de 2011

La soledad del entrenador.

Hoy he decidido comentar lo solo que muchas veces me encuentro como entrenador. Es difícil tomar decisiones que contente a todos los componentes  de la plantilla, y mucho menos a la familia del los mismos. Por no decir nada de los seguidores.
El tema de las decisiones es comparable a la interpretación del cuento del burro, el viejo y el niño. Estando pasando el burro cargando al viejo y el niño caminando por una calle, los que lo vieron dijeron: ‘que gandul el viejo, que hace caminar al niño, mientras el va montado’ Pasa a otra calle y los dos van caminando, los que lo vieron dijeron: ‘que tontos tienen el burro y van caminando’. Pasaron a otra  calle y el niño se subió al burro y el viejo caminando, los que lo vieron dijeron: ‘mira si es cara dura el subido al burro y el viejo caminando’. Por último, los dos se subieron y cuando les vieron, dijeron: ‘abusadores, los dos montados’. Que quiere decir esto: que hagas lo que hagas como entrenador, da igual a efectos de  interpretación exterior. Por lo tanto la soledad te persigue en todo momento.
Cuando estas como entrenador tienes que observar y actuar como tal. Y cuando no estás como entrenador, los demás, en ese mundillo, te ven como entrenador y el trato es diferente.
Cuando los resultados van bien, siempre se dice que bien juegan los jugadores, que bueno son. Pero cuando los resultados van mal, dicen que malo es el entrenador, no tiene sistema, no juegan en equipo, el entrenador no les ubica bien. Por eso la soledad que persiste en el entrenador es tal que se hace una virtud disfrutarla. Verte diferente en momentos puntuales, por tomar toda clase de decisiones, sin miedo, y con la certeza, de que lo que haces es para bien del colectivo, con independencia, del posible error.
Tengo  que decir  que muchas veces, cuando estás en esta  soledad, te preguntas que puedes hacer para que no te afecte. Para mí la respuesta ha sido muy simple. Creo que primero tenemos que estar enamorado de este deporte. Segundo, actuar con ilusión, queriendo triunfar con el equipo, no siendo egoísta y no buscar un protagonismo innecesario. Tercero, tienes que compartir tus sensaciones con el segundo entrenador. Ah, por cierto, de todos mis segundo he aprendido bastantes, todos diferentes, un pequeño recuerdo para ellos. Vicente Vega, Bartolo Pulido, Domingo Valencia, Roberto Llamas, Silvio Valladares y Antonio Suarez. Para mí, todos han sido mi primer entrenador.
Siempre he pensado que hagas  lo que hagas como entrenador, siempre tendrás que aceptar que los demás no te darán la razón. Porque cada persona hace una interpretación de la jugada, o de la forma de jugar. Por lo tanto, esa soledad referida, como entrenador, es aplicable, en ese sentido, en todas las situaciones del entrenador.
Ah, y no digo nada, cuando al final de la temporada, hacemos una comida de despedidas, sin saber quiénes son las bajas para la próxima temporada. En ese momento todos se apartan, porque hay una inseguridad manifiesta y en casi todos los casos, te ven como el culpable. Porque no olvido que los jugadores piensan, en su mayoría, que ellos no son los que con sus acciones, sus actitudes y sus capacidades, los que se han dado la baja, sino que el entrenador no se entera, no les ha enseñado nada, y no les ha comprendido. Mas soledad que esa es difícil de comentar.
Cuando reflexiono sobre lo que he escrito, me da la sensación de que estoy empezando y me crea una ilusión impresionante. Tanto es así que en estos momentos, al margen de la soledad, me gustaría estar en la cancha entrenando, o dirigiendo un partido.
El tener experiencia no me ha quitado soledad. Lo único es que me ha enseñado a vivir con ella
BUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUENO ya está bien.  

2 comentarios:

  1. Gracias "cacique", sabes que con cariño, y eso es lo que sentíamos cuando no jugábamos.Ahora con el paso de lo años, la madurez en su momento álgido y la experiencia de haber dirigido equipos, entiendo perfectamente tus palabras. Hoy reconozco que nunca debí abandonar aquel equipo de División de Plata, porque ante todo era un gran grupo humano, y egoístamente nunca esperé mi oportunidad. Para mi significó adquirir experiencia y mejorar en mi relación con todos los jugadores. Muchas felicidades amigo por este blog, un abrazo fuerte

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  2. En cierta ocasión alguien dijo, amigo, a pesar de esa soledad manifiesta que se nos presenta, disfrute de la vida, de aquello que nos encanta llevar a cabo, sienta lo que viva y viva lo que sienta, y le aseguro que al menos podremos tener paz interior para con nosotros mismos y que aquello para lo que nos dejamos la piel al menos tenga una recompensa, esta será tener la certeza de que aquello que nos hemos propuesto, a pesar de no conseguirlo, no es un fracaso, sino un paso mas para la consecución de el objetivo planteado. Un abrazo fuerte, su amigo Óscar Garcia

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