domingo, 21 de agosto de 2011

El control de las emociones

¡Buenas! Hoy intentaré dar una opinión sobre el control de las emociones en el Fútbol Sala.
Cada situación, cada decisión, cada momento, cada intervención, tiene indiscutiblemente que tener un control de las emociones, porque si no fuese así, nos dejaríamos llevar por el viento y siempre en la dirección del mismo, sin ni siquiera pensar que dirección nos interesa más.
Un entrenador no solo debe controlarse sino también controlar. Para ello necesita un mínimo de preparación en niveles psicológicos y, dependiendo del momento, de las personas que dirija  y el objetivo que se pretenda, debe actuar.
Es difícil controlar las emociones del grupo porque de forma individual, "uno solo que no controle", puede arrastrar a los demás. Una simple queja al árbitro suele abrir una puerta a la desorientación del momento y perder toda concentración. Por ello es imprescindible intentar, en la manera de lo posible, controlar la mayor parte de las emociones.

Yo intento trabajar este control de la forma siguiente:
1º- Conocerme. Trabajo conmigo. Debo ser lo más profundo estudiándome porque si no soy capaz
 de conocerme a mí mismo, nunca conoceré a la otra persona. Al conocerme me da la posibilidad de controlar mis emociones, tener frialdad en cuanto a las decisiones en los momentos más difíciles del partido. El antes, el durante y el después; siempre tienes que dar una imagen de tranquilidad y de seguridad.
2º- Antes de fichar, tener toda la información posible sobre el jugador y su persona. Evidentemente, primero su capacidad deportiva y sus características.
3º- Su familia, su pueblo, o ciudad, sus costumbres...

Tengo que hacer una aclaración-información sobre el punto 2: son sus inquietudes y actitudes, y sobre el punto 3: su comportamiento familiar y grupal.

4º- Hablar mucho con él. 
5º- Explicarles claramente los objetivos. Pero antes, el trabajo a realizar por el equipo y con ello conseguiré que tenga claro lo que "no debe hacer".
6º- Trabajarle en los entrenamientos, acciones donde él tiene que controlarse. Por ejemplo: le dan una patada y pitan en su contra, corregirle, teniendo él la razón.
Con esos dos simples ejercicios de control, sabré mucho de él.
Dicen de este ejercicio que crea dudas, ya que si lo haces bien no tienes porque corregir. Precisamente ahí está el motivo: controlar las emociones con los errores del árbitro y si no lo entiende es que no controla los porqués, y los hechos son los que dan esa posibilidad. HECHOS SON AMORES, NO BUENAS RAZONES.
7º- Hacerle el DAFO: DEBILIDADES, AMENAZAS, FORTALEZA, OPORTUNIDADES.

Al margen de lo expuesto anteriormente, explico  varios momentos donde debemos controlar las emociones:

Cuando marcamos un gol, nos agrandamos, parece que estamos volando y, cuando recibimos un gol en contra, durante los segundos siguientes nos cuesta levantarnos. Una decisión arbitral, protestamos, nos descentramos, y después nos cuesta volver en las condiciones necesarias.
Además, antes del partido pueden tener unas circunstancias como por ejemplo, un roce con el coche, una enfermedad de un familiar, una rabieta con la familia, con la novia, con un amigo, un simple dolor pre-partido… Todo ello puede llevar a perder la calma necesaria para afrontar el partido con la concentración debida y, si el entrenador no se da cuenta a tiempo, le puede costar el partido. Hay muchos más ejemplos, pero con lo que dije, creo que ya vale.
Creo que una de las mejores formas de controlar las emociones, salvo que tengamos dolor, es aislarnos en el momento y pensar que ese es el único partido y nos jugamos todo. Con esa motivación y ese objetivo nos evadimos de todo lo exterior  y estaremos más centrados.
A veces no le damos importancia a ese momento y estamos pensando y valorando más de la cuenta lo exterior, y no somos capaces de pensar que esta circunstancia nos puede llevar a engrandecer sin necesidad el posible problema.
Como entrenador le dedico mucho tiempo a las emociones, porque entiendo que son las causantes de todo lo mejor y de todo lo peor. Un gran jugador sin control de emociones es como un caramelo en la puerta de un colegio (Se lo come el contrario como los niños al caramelo) y un buen jugador, controlando sus emociones, es un avión que nos lleva a nuestro destino; digo lo del avión porque es, en mi opinión, una de las máquinas más perfectas en control (Rumbo elegido, directo y sin ninguna clase de dudas, piloto automático).
Y para terminar con esta opinión, creo que debemos pedirle ayuda al grupo para que individualmente seamos capaces de hacer lo que el grupo necesita en cada momento y no dejarnos llevar por el YO PUEDO, sin darnos cuenta de que YO NO DEBO.

2 comentarios:

  1. Qué bien Suso, te has lanzado al mundo del blog, yo llevo unos meses y la verdad que engancha. Creo que es muy bonito lo que haces en él porque expresas lo que sientes por este maravilloso deporte, suerte y a seguir escribiendo! Saludos amigo

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